domingo, 17 de junio de 2012

Cómo ser un zombie

¡Hola de nuevo!

Hace un tiempo me encantaban los zombies, curiosamente cuando a casi nadie le gustaban, y me acuerdo que siempre estaba dibujando cosillas desagradables y hablándole a la gente sobre películas y cosas que salían porque me hacía gracia esa cara como de asco que ponían. Pero desde hace unos años los zombies están muy de moda y nos los encontramos hasta en la sopa: que si juegos de mesa de zombies, que si expansiones de videojuegos que no son de zombies para que sí sean de zombies, que si guías de supervivencia contra zombies, que si adaptaciones de clásicos de la literatura para incluir zombies... El mercado está saturado de carne putrefacta ávida de nuestros cerebros. Nunca olvidaré el día que encontré en la Abaccus la versión zombie de Lazarillo de Tormes, o la de Don Quijote. Eso me hizo gracia, pero tal vez ahí fue cuando empecé a darme cuenta de que los zombies estaban ya entre nosotros, dispuestos a poblar (o mejor dicho despoblar) la Tierra. No hace mucho llegué incluso a ver libros como La Noche de los Trekies Vivientes, sobre zombies en una convención de Star Trek; o España: Una Grande y Zombie, sobre una segunda guerra civil un poco "distinta" a la primera. Vale, me conozco y en realidad me muero y me vuelvo zombie por leerlos, para qué engañaros.

Ahora lo entiendo todo: ¡el ciego no estaba ciego,
es que se le habían comido los ojos!
Este juego es para partirse,
sobretodo si tus contrincantes llevan una motosierra.

Pero eso no significa que no esté ya un pelín harta de estos seres despellejados.

Claro que dicen que hay que adaptarse a los tiempos que corren y tal, y si están de moda los zombies, será que lo más cool del momento será ser uno. Así que no os sorprendáis si las pijas de vuestra ciudad empiezan a tener un aspecto un poco menos vivaz o si en los institutos los chavales presumen de sus nuevas cuencas vacías o de si en los nuevos desfiles de moda algún diseñador de estos hipermegaconocidos nos muestra su nueva serie de vestidos Piel de Kebab o la colonia Eau de Podritée.

El caso es que quizás vosotros también queráis estar a la última y convertiros en unos modernos zombies que sean la envidia de todos los infectados. Pues tranquilos, habéis escogido el blog adecuado. ¡Desde La Ventana de Lyh Dyr os presentamos los últimos trucos para estar a la moda! Pero como sabemos que las cosas fashion son muy caras, vamos a ir a lo barato y vamos a optar para evitar esos complementos costosos como una motosierra con la que amputaros un brazo, un par de viruses de ésos que te dejan chungo el cerebro o una carísima operación estética para que os cuelgue con estilo la columna vertebral de las lumbares. Que además, ya se sabe cómo son las modas, vienen y van y tampoco conviene gastar tanto para una cosa que luego ya no va a estar a la última. ¡Aquí os enseñaremos a parecer un zombie sin mucho gasto y que nadie note la diferencia!


En primer lugar, los zombies están muertos. Como eso puede ser un poco problema, sobretodo si aun vais al instituto y teméis que vuestros padres no os den permiso y tal, vamos a obviar ese paso y a recurrir a técnicas un poco menos complicadas. Para que nadie distinga si estáis muertos o sólo vais de que lo estáis, sólo tenéis que untaros alguna pintura que os haga parecer poco saludables, como pintura de cara blanca + un poco de amarillo, o si sois manitas con eso de las manualidades, acrílicos de esos colores, que dan más el pego. Os lo embadurnáis por todo el cuerpo, sin excepción, y cualquiera que os vea pensará que un virus chungo os ha petado el hígado. ¡Ah, no olvidéis oscureceros los párpados inferiores como si fueráis unos ojerosos, es un clásico que nunca pasa de moda!

Pero claro, esto no basta, porque los zombies además de muertos están podridos. Para dar un aspecto más convincente, debéis añadir pintura marronosa a vuestro cuerpo, de manera que tengáis un aspecto más como de un kebab andante. Colores como el verde oscuro para dar un aspecto más mohoso, o el violeta en los labios y las mejillas para sugerir un avanzado rigor mortis os harán parecer aun más zombies. Y no olvidemos que como se supone que estamos muertos, hemos olvidado lo que es el dolor y ser cautelosos, así que nunca está de más tener alguna que otra herida con mal aspecto. Para ello, si eso de rajaros un brazo con un taladro no os mola, podéis pegaros algodón donde queráis haceros la herida, con cola blanca, en tiras finas o bolitas simulando el aspecto de una crostra. Después os la pintáis de marrón reseco, con otros colores como rojo sangre, violeta chungo, verde moho o amarillo infeccioso y veréis que bonito que queda. ¡Muy chic!

¿Aunque quien creería que sois zombies si os presentáis pulcramente vestidos con una camisa recién planchada y unos pantalones impolutos? ¡No, no y no! ¡Los zombies son guarros! Tienen la ropa sucia, no la planchan nunca y lo más normal es que la lleven rota. Así que si queréis parecer unos verdaderos muertos vivientes, no os lo penséis dos veces y romped vuestras camisas, rasgar vuestros pantalones, arrugadlo todo, restregadlo por el suelo y tiradle pintura roja y marrón por encima, a no ser que queráis ser un poco más auténticos y queráis decorarlo con sangre y excrementos, perfectos complementos para unos individuos que comen carne humana y no olvidaron relajar sus esfínteres el día que murieron.

Finalmente, no hay nada más importante a la hora de seguir un estilo que el de la actitud. Para ser unos buenos zombies, debes negar cualquier signo de inteligencia en vuestros gestos y hasta en vuestros ojos. Movéos como si os dolieran el culo y la espalda, dejad caer alguna que otra baba de la comisura de vuestros labios, lenta y desagradablemente, y arrastrad los pies como si os pagaran por pulir el suelo con las suelas de vuestros (espero que destrozados) zapatos. También ayuda estirar estúpidamente los brazos hacia delante, pero eso es muy cansado y todos sabemos que los zombies no destacan por ser unos amantes del ejercicio. No subáis ni bajéis escaleras si no es de forma que os tiréis por ellas u os peléis las rodillas con los cantos de los escalones. Limitad vuestras conversaciones a un simple: "Aaaaaah" "Wuuoooooh" "Aaaauuuuoooh". Un buen ejemplo del comportamiento de un zombie es aquél repotaje sobre altas tendencias de la moda y casas lujosas titulado Resident Evil, aprended de él como si fuera vuestro manual. Por último, es importante tener una cosa clara en mente: los zombies no aceptan otros estilos o modas, así que si véis a alguien que no sigue la tendencia zombie, sed intorelantes y lanzáos a por esa persona como si fuérais a sacarle los ojos y a sorberle el cerebro por la oreja. No querréis que los verdaderos zombies se den cuenta de que no sois uno de ellos y decidan tomar la misma medida con vosotros, ¿no?

Para que veáis que yo sé de lo que hablo y sigo al pie de la letra la moda zombie, aunque ya esté un poco hasta las narices de ello, mirad que conjunto más bonito y estiloso me puse para el festival de Sitges del año pasado. ¡Incluso participé en un desfile de moda, ojo! El Zombie Walk. Si es que yo lo valgo:



Y lo mejor de todo es que pude confeccionármelo en el tren, de camino a Sitges. Esos ignorantes del vagón me miraban raro mientras me ponía cola blanca y pintura acrílica por el cuerpo, pero qué sabrán ellos sobre moda.

¡Hasta pronto, amiguetes putrefactos!




sábado, 16 de junio de 2012

Amor al Retro III: Neo Geo AES

Bien, ha pasado un tiempo desde la última vez que actualicé, pero la verdad es que hasta hoy no he podido porque he estado muy liada con los exámenes finales de la uni. Hoy empiezo mis vacaciones y lo hago con un nuevo artículo de la sección Amor al Retro. 

Una de las consolas que he descubierto en estos últimos años y que, al igual que con la PC Engine, puedo afirmar que me ha enamorado, es sin dudas la Neo Geo AES de SNK, la llamada por algunos "bestia parda de los 16 bits", nombre que por cierto tiene muy merecido.

¿Alguien más relaciona este logo con las máscaras del teatro?
Esta consola salió en 1990 como una versión casera para jugar a los juegos de recreativa de SNK, y destacaba por su gran potencia para hacer gráficos en 2D y por su apartado sonoro. El problema es que tenía un precio muy elevado (al principio 700$, luego bajó a 649$ más el juego Magician Lord, dos joysticks y una tarjeta de memoria), los juegos costaban unos 200$, por lo que no era accesible para la mayoría de personas. (fuente: Wikipedia)

Es casi tan grande el joystick como la consola xD
Otra cosa por la que destaca es por el gran tamaño de sus cartuchos, así como por su capacidad, que incluso puede llegar a superar el Gigabyte. Las cajas (exceptuando las de cartón de primera hornada) ya denotan que se trata de un sistema algo lujoso, pues son de un plástico resistente que imita al cuero (y tiene una olor muy peculiar, por cierto), llenas de detalles que la decoran y unos manuales llenos de ilustraciones.

Yo soy demasiado joven y no pude disfrutar de la época dorada de los salones recreativos, aunque sí de los 16 bits con la Megadrive. No conozco personalmente a nadie que haya tenido la Neo Geo AES en su momento, aunque mis hermanos, que sí iban a salones recreativos, me habían hablado de ella y teníamos el Fatal Fury de Megadrive.

La primera consola de SNK que jugué fue la Neo Geo Pocket, mucho más asequible, que compramos en el Salón del Manga de Barcelona junto con el juego King of Fighters RII.

La historia de cómo llegó la Neo Geo AES a casa es aun más curiosa que la anécdota de la PC Engine.

En Girona, como ya mencioné en el artículo sobre la consola de NEC, hay una tienda física llamada Zona Retro que está muy bien. La conocemos porque nuestro buen amigo A. vive allí y el día que fuimos a su ciudad nos la enseñó. Desde entonces se ha convertido en una parada obligatoria cada vez que pisamos Girona xD. El caso es que justamente el primer día que fuimos a Girona a visitarle fue el día que compramos la PC Engine, y ese mismo día vimos también una Neo Geo AES a la que le faltaba el botón de apagado, pero estaba muy barata y le echamos el ojo. El problema es que aquel día ya no nos podíamos permitir más gastos y pensamos en comprarla la próxima vez que fuéramos.

Ah, pero ilusos de nosotros. Girona está lejos y pasó mucho tiempo hasta que pudimos volver a ir. Por en medio coincidió con el cumpleaños de mi novio, así que pensé que sería una genial idea regalarle esa Neo Geo y junto con un cartucho. Lo comenté a la gente y todos pensaron que era un buen regalo, y además no tocaba a mucho por cabeza. El problema vino cuando le pedí a A. que fuera a buscarla. Resulta que esa Neo Geo ya no estaba, sino que había una en mucho mejor estado, pero más cara, claro está. Él no se lo pensó dos veces y la cogió, lo que en parte estuvo bien y en parte me obligó a ir demasiado detrás de la gente a la hora de pagar... cosas que tienen las sorpresas. Pero al final salió bien y pillamos una bonita Neo Geo AES japonesa con el King of Fighters 94 y el joystick New Style (más adelante caería el Old Style, como luego explicaré).

Nuestros amigos están un poco locos (lo digo con amor xD) y se les ocurrió que sería una buena idea esconder la Neo Geo en la copa de un árbol y hacer que mi novio buscara su sorpresa.

No haré comentarios...

Bueno, no hace falta decir que se puso muy contento. Por la noche cuando volvimos a casa la probamos y pusimos el King of Fighters 94 en Muy Fácil y fuimos vilmente machacados por el equipo de Brasil. Después volvimos a empezar y nos tocó otro equipo, pero lo cierto eso de fácil no tenía nada, y de muy, tenía el difícil. Debo aclarar que KOF94 es el primero de su saga y es un juego de lucha en el que se juega por equipos de 3, que representan países. Lo malo es que en esta primera entrega estás obligado a llevar un equipo en concreto, sin poder escojer tú los tres personajes que mejor te vayan. Las consecuencias de esto son que siempre habrá un personaje en el equipo que te sea difícil de llevar, o que directamente sea una chusta, con lo que aumenta su difícultad. Esto es algo que ya cambió en los siguientes KOF. En lo personal, de los 5 juegos que tenemos, éste es el que menos me gusta jugar porque se me suelen dar mal los juegos de lucha y no logro pasar del primer combate, aunque me encantan su cañera intro, sus gráficos, su banda sonora... con lo que es el juego que más disfruto mirar.

Sí, sí, es de verdad, no es una fotocopía.
Por cierto, ¡¡mirad el tamaño de ese cartucho!!

Éste fue el primer equipo contra el que tuvimos que luchar.
No hubo manera...

La entrada de juegos estuvo estancada como casi un año, así que durante todo ese tiempo sólo tuvimos el KOF 94. Esto no me podría servir de mucha referencia para apreciar a la consola, pero aun y así lo hizo, porque pese a ser un juego demasiado difícil para mí, yo reconocía en él todo lo que tanto se alababa de la consola de SNK. Intenté jugarlo varias veces, pero luego me propuse que si ése no se me daba bien, lo que necesitaba eran cartuchos nuevos.

Así que llegaron las navidades y pensé en regalarle un juego a mi novio, con lo que fui a la Famicom House, en Barcelona, y estuve preguntándole a su dueño sobre juegos que no fueran excesivamente caros pero que valieran la pena (recordemos que los juegos de Neo Geo AES pueden llegar a ser muuuuy costosos). Pensé que el Samurai Spirits (conocido en Occidente como Samurai Shodown) sería una buena idea. Este juego también es una belleza gráfica e incluso tiene zooms en los que se acerca o se aleja la pantalla del combate (cosa que no encontramos en su versión para las otras consolas de 16 bits). Al ser combates 1x1, es un poco menos difícil que KOF 94 (yo conseguí pasarme medio juego ^^). Además, tiene minijuegos en que amenizan los combates. Cada personaje tiene su propio estilo de lucha basado en alguna arma blanca, con lo que es distinto a los típicos juegos de puño/patada. La banda sonora también es muy buena y adecuada, por ejemplo, hay enemigos que tienen un tema más cañero (Earthquake), y otros en cambio tienen poco más que el sonido del mar (Ukkio). Este juego me gustó bastante y me ayudó a apreciar un poco más la Neo Geo.


Pero había otro juego en esa tienda que me llamaba especialmente la atención, uno que no era de lucha, y no pude evitar autoregalármelo. Ése era Raguy (o Blue Journey), un colorido plataformas  (uno de mis géneros favoritos) en el que debes salvar el país del mismo nombre de un malvado emperador que quiere industrializar la tierra, muy natural y muy virgen, y someter a sus habitantes. Ahí empieza el viaje del joven Blue para derrocar al imperio, en el que deberá enfrentarse contra robots, dinosaurios, magos e incluso muñecos de nieve. El juego es genial y tiene una gran rejugabilidad, ya que puedes escojer distintos caminos y además te encuentras personajes con los que interactuas y puedes cambiar el final. Como tiene créditos infinitos, cada vez que lo empiezas, sabes que con paciencia lo puedes terminar (aunque si no se te dan bien los plataformas, puede ser muy frustrante). Cuando lo juegas a dos jugadores, el juego se convierte en un cachondeo, porque su difícultad desciende en picado ya que no sólo no te sale nunca la pantalla de cuenta atrás para introducir créditos que te obliga a empezar un boss desde el principio cuando pierdes tus vidas, sino que además cada vez que pierdes un crédito apareces flotando con unos globos y te desplazas por la pantalla hasta pasar aquella parte que tan peñazo te resulta. Raguy es sin lugar a dudas mi juego favorito de los 5 que tengo para Neo Geo AES, y el que ha hecho que me guste tanto la consola. La única pega que le veo es que como es uno de los primeros, su caja es de cartón y hay que ir con más cuidado para conservarla bien...

El emperador es un tramposo que lucha con un yo-yó.


Al cabo de poco llegó otra vez el cumpleaños de mi novio, y con el llegó el Fatal Fury/Garou Densetsu II Special Edition de parte de nuestros amigos (mi regalo fue el 32X que al final yo he jugado más porque tiene mi adorado Doom y del que hablaré próximamente en esta sección). Esta versión tiene más personajes que el I y a diferencia del II normal, puedes llevar a los "malos" (Billy Kane, Krauser, Geese, Laurence y Axel Hawk, si no me equivoco). Al principio no me dijo mucho, ya que no me parecía tan espectacular o especial como los otros dos juegos de lucha, así que tampoco lo prové. Pero entonces vi la película de Fatal Fury, me puse en situación, y un día que me apetecía dar unas cuantas toyiyas saqué la Neo Geo, la conecté a la tele y cuando me di cuenta ya me lo había pasado con el Joe Higashi. Me sentí muy satisfecha y eso no hizo más que contribuir a que me gustara aun más la consola y los juegos de lucha.


Finalmente, este año para mi cumpleaños y mis amigos me sorprendieron con unos regalitos retro. Primero colocaron delante de un paquete grande y un poco amorfo que resultó ser nada más y nada menos que un joystick Old Style, el original de la consola, mucho más cómodo que su sucesor. Pero mi sorpresa aumentó cuando me entregaron otro paquete de forma rectangular. Yo pregunté medio en broma:"¿Es un libro?" aunque ya sospechaba su contenido.


¡Gracias, amigos, por estas partidacas a la Neo Geo! ^o^


Y dentro había el Sengoku, un beat'em up en caja de cartón en el que unos tios cachas noventeros veían como su ciudad se deformaba por una alteración del espacio tiempo, y comenzaba a surgir demonios y espíritus de la época feudal contra los que tenían que luchar para salvar la ciudad de ellos y de un malvado emperador que iba enviando esbirros para detenerles. Este juego está bastante bien para jugarlo con dos jugadores, y ahora que tenía el Old Style ya podía hacerlo! La mecánica es bastante simple: avanzas, pegas, te sale un middle boss, coges power ups que te permiten convertirte en perro, samurai o una especie de bujarri ninja, te enfrentas al boss de turno, aparece una secuencia en la que el emperador te maldice y manda a un nuevo esbirro, etc. Así hasta enfrentarte a él en una lucha final mientras vuelas por el cielo en vertical y una especie de espíritus de un anciano y una jovencita te protegen. Y la ciudad está a salvo. FIN. Un regalazo, si bien no es de mis beat'em ups preferidos, pero ya tengo ganas de tener su secuela en la que viajas por el tiempo a distintas épocas. La probé en el emulador y pintaba muy bien.

El primer boss. Sí, están luchando encima de unos caballos.

Para acabar, como anécdota, podemos encontrar Neo Geos en los lugares más insospechados, como en este fotomatón del Aquarium de Barcelona:


Lo gracioso es que si esperas hasta sale Atena de los KOF! xD

Y ya de paso, aquí tenéis unos gameplays de los juegos comentados, para que podáis verlos en acción y escuchar una muestra de su banda sonora:

King of Fighters 94:

http://www.youtube.com/watch?v=x4dO2Mqdzm8

Garou Densetsu Special (es largo pero recomiendo verlo entero por la banda sonora):

http://www.youtube.com/watch?v=C64vNCy64qE&feature=relmfu

Sengoku (odio que la gente se sale las intros, pero qué le vamos a hacer ¬¬):

http://www.youtube.com/watch?v=_HLh94pjw1s

Samurai Spirits:

http://www.youtube.com/watch?v=O_A7p-dVCK0&feature=related

Raguy (¡¡esta persona juega increíblemente bien!!):

http://www.youtube.com/watch?v=LunSIngZgAU
Y esto es todo por hoy. Espero que os haya gustado mi artículo y hasta pronto ^^.

jueves, 7 de junio de 2012

El hombre que quería ir a Marte

Hoy en el tren me he encontrado un diario de la Vanguardia, y nada más leer cierto titular me he puesto en seguida a pasar páginas en busca del artículo correspondiente. El titular decía algo así: "Ray Bradbury: llévame de vuelta a Marte" y la noticia a la que refería era nada más y nada menos que la de su fallecimiento, que ocurrió el pasado martes. El escritor de ciencia ficción tenía ya 91 años y por lo visto, después de haber pasado unos años de enfermedad, se marchaba tranquilo y reposado, sin sufrimiento.  

A mí todo esto me ha chocado mucho. Lo cierto es que no estoy acostumbrada a leer sobre las muertes de personas a las que admiro, ya que la mayoría hace décadas o siglos que abandonaron este mundo. Ha sido como un golpe, y por un lado me he sentido triste, aunque por el otro me consuela pensar que él vivió una vida larga y que ha sido tal su labor que en realidad vivirá para siempre.

Por lo visto, escribió cientos de libros. Yo sólo he leído uno: Fahrenheit 451 (libro que para mí se merece un artículo para él solo) y creo que de todo lo que ha pasado ante mis ojos, éste estaría entre mis favoritos. En la Vanguardia contaban que incluso había llegado a escribir una novela en el transcurso de una noche. Sencillamente admirable. Y siempre escribía a máquina, sin errores. 

De hecho, parece ser que no confiaba demasiado en las nuevas tecnologías. Eso me parece curioso tratándose de alguien que se dedicaba a inventar mundos de ciencia ficción, pero quizás en cierto modo me parezca hasta lógico. ¿No podrían interpretarse esos libros como una crítica o una acusación contra la tecnología? Eso es algo que sólo él sabía con certeza.

Otra cosa que de la que hablaban en la noticia que me ha llamado en la atención es que él jamás fue a la universidad y que afirmaba haberse educado en las bibliotecas, leyendo todo lo que podía. Así es como se formó, y como llegó a ser quien fue.

Creo que debería plantearme leer más de él. Echaré un vistazo en la biblioteca, a ver qué encuentro.

Adiós, Ray Bradbury.

martes, 5 de junio de 2012

El Libro del Mes: Holocausto

¡Saludos! Ésta es otra sesión que quería inaugurar con motivo de mi gusto por la lectura. Se titula El Libro del Mes, y como su nombre indica, su finalidad es servir de análisis de algún libro que me haya leído en el mes en el que estamos (esto puede variar, hay meses que leo mucho, otros no leo nada... el libro que voy a analizar ahora de hecho lo terminé el mes pasado xD).

Bien, el primer Libro del Mes es Holocausto, de Gerald Green. Es un libro publicado por primera vez en 1979, la edición que he leído yo (su segunda) es de ese mismo año. Este ejemplar en concreto está en un estado un poco lamentable y creo que si algún día quiero volver a leerlo probablemente tenga que comprar otro. Lo encontré en un estanco en el que vendían libros de segunda mano y me llamó la atención su título. A mí el tema de la Segunda Guerra Mundial siempre me ha interesado, así que me aventuré a leerlo.

Esta edición que yo tengo está en catalán y está sembrado de errores de traducción, frases inconexas y gazapadas varias, al más puro estilo de FFVII. La próxima vez que lo lea probaré con la versión original. Pero bueno, igual que con el citado juego, ni sus múltiples errores de traducción han podido ensombrecer la calidad de lo que narra este libro.

El argumento trata de que el judío Rudy Weiss, al cabo de unos años de la 2ª GM, vive en Palestina con su mujer y sus hijos y decide recopilar información sobre los hechos ocurridos a él, a su familia y a toda su raza. A partir de esos datos y del diario de un nazi llamado Eric Dorf elabora un relato de carácter autobiográfico, en primera persona, que se irá alternando con el citado diario para mostrarnos cómo evolucionan los hechos desde dos puntos de vista opuestos.

Comienza en 1935, cuando Alemania pasaba por una fuerte crisis económica, y poco a poco, sin que la familia del protagonista quiera creerlo, la situación va cambiando y se dan cuenta de que comienzan a perder sus derechos, de que algo gordo está pasando, de que algo que nunca podrían haber imaginado se cierne sus cabezas... pero cuando comienzan a comprender la gravedad de su situación, ya es demasiado tarde. A partir de allí, deben optar por resignarse a su destino y seguir creyendo que no puede ser tan malo como algunos dicen, o enzarzarse en una terrible lucha por su propia supervivencia. Rudy Weiss, que de joven era un chico mal estudiante que sólo jugaba al fútbol y se metía en peleas, decide que el camino correcto es de no rendirse jamás, el de la venganza. Pero, ¿y su familia? ¿Cómo pensar en resistir cuando no puedes creer en lo que está ocurriendo?

Por otro lado, el diario de Eric Dorf nos muestra a un joven padre de 2 niños que está desesperado porque pese a tener una buena carrera no puede encontrar trabajo. Su mujer le insiste en ir a visitar al amigo de un conocido, que no es otro que Heydrich, un importante dirigente de las SS, para ver si así puede conseguir un puesto de trabajo. Lo que al principio comienza como una mera tarea de papeleo en la oficina absorverá por completo al hombre, haciendo que termine haciendo como suyos los más extremos valores del nazismo, creyendo como correctos los actos que realiza, y siendo incluso partícipe directo de la nefasta masacre que llevaron a cabo contra los judíos.

El libro nos hace reflexionar sobre varias cosas. En primer lugar, la reacción de las familias judías cuesta de creer de buenas a primeras. Pocos parecían asumir la gravedad de la situación, incluso en sus ghettos y en los campos, esperanzados en que las cosas ya irían mejor. Y tampoco es tan extraño, si pensamos en nuestras vidas ahora. ¿Quién creería, sin tener precedentes, que de repente toda la gente de su cultura va a ser tratada peor que los animales, hacinada en un barrio rodeado por muros, llevada a campos a trabajar hasta la extenuación y finalmente llevada a un lugar para ser eliminada sin ningún tipo de remordimiento? Eso suena a locura, y pocos de nosotros nos llegaríamos a creer que nos pueden hacer algo así si nos lo dicen. En segundo lugar, la crisis que vivía Alemania resulta inquietante a día de hoy. La gente estaba descontenta porque no había trabajo, no había dinero y toda la riqueza estaba en manos de un único sector. Había revueltas, petaban los cristales de los comercios prosperos, de los bancos, hacían pintadas en sus puertas y paredes... Eso me suena a algo. En aquel momento el dinero estaba en manos de los judíos y eso provocaba tensión, pero en su inicio no era tan distinto a lo que ocurre en nuestro país. Por ello es importante que haya libros como éste para recordar que a veces la falta de dinero y el malestar en un país pueden hacer sacar lo peor de las personas... Finalmente, me ha llamado la atención la forma en que el personaje Dorf va mutando hasta convertirse en alguien completamente distinto al personaje inicial, lo que me hace pensar, y me remito a lo que estaba diciendo antes, que hasta la más buena persona o la más inteligente pueden llegar a hacer cosas impensables si el contexto es el adecuado para conducirlas a ello. Es curioso porque este personaje, aunque a veces pueda sentir inquietud, es siempre por los demás, pero jamás duda de sí mismo. Está completamente convencido de que sus actos son los correctos, de que lo que hace es necesario y que es una buena persona. Me pregunto si realmente debemos considerar que alguien así sea el mal o si, por el contrario, ésta sigue siendo una buena persona pero su comprensión del mundo está tan tergiversada como para no ver que lo que hace es deleznable. Para mí, una verdadera mala persona haría algo así aun siendo plenamente consciente de que lo que hace está mal... pero alguien así... ¿un loco, talvez? Es difícil juzgarlo.

Para acabar, quería mencionar que el libro ha obtenido el Premio de la Paz Dag Hammarksjoeld, tal y como muestra la portada.

Lo recomiendo a cualquiera que le interese el tema. Es un buen libro para reflexionar sobre cómo somos los seres humanos.
Como podéis ver, el libro está muy trillado ya. 32 años se dicen pronto.


Amor al Retro II: Sega Megadrive

Bien, hoy escribiré un nuevo artículo de la sección "Amor al Retro", pero esta vez será distinto, porque de lo que voy a hablar no es algo que yo realmente considere retro, no es algo que haya caído en mis manos recientemente en un afán de coleccionismo; es algo que ya estaba en casa cuando yo nací y que ha tenido un papel importante en mi vida. No puedo realmente ver como retro esta consola porque sencillamente es la primera que jugué, y la he jugado durante toda mi vida, hasta el día de hoy. Esta consola no es otra que la Megadrive, mi amada consola de Sega, lo que inició mi afición a los videojuegos y otras muchas cosas.


No tengo recuerdos de antes de 1994-95, 2-3 años después de mi nacimiento. Para mí, la Megadrive siempre estuvo allí, desde que tengo uso de razón. Era la consola de mis hermanos. Tenían montones de juegos y yo solía sentarme con ellos a mirar cómo jugaban. Siempre me han gustado los animales, eso lo tengo muy claro, y disfrutaba mucho viendo juegos como Ecco The Dolphin: The Tides of Time. Recuerdo que mi hermano C. siempre lo ponía y era su favorito, le costó mucho pasárselo y yo le admiraba porque me parecía un juego muy difícil. Quizás de igual forma me encantaban los juegos de Disney, que en aquel entonces eran realmente buenos: El Rey León, Aladdin, Mickey Mouse... pero mis hermanos ya no estaban para esas cosas y por mucho que se lo pidiera, si les apetecía poner un Street Fighter II, no iban a cambiar de idea... pero poco importaba realmente, porque SFII también era un juego que me gustaba mucho mirar. Una de mis primeras experiencias videojueguiles fue un combate contra Bison, en el que perdí irremediablemente. No sé por qué pero me emperraba en luchar/controlar ese personaje... Otro, el Apel Du Destin, el juego de lucha de Dragon Ball, me parecía detestable porque yo quería que fueran a buscar las bolas de drac pero no, sólo hacían combates, y encima salía Célula, y a mí Célula me daba mucho miedo por aquel entonces... pero mis hermanos me soltaron la trola de que en realidad lo de la lucha sólo era uno de los modos y que después ibas por Namek y por la Tierra y buscabas las bolas y era como una especie de RPG, así que yo esperaba pacientemente e inutilmente ese momento. Pero nada más odiado para mí como aquel juego llamado King's Bounty, que tanto le gustaba a mi hermano G. Imaginad un RPG de colores chillones y música repetitiva, con combates estratégicos interminables y un hermano mayor jugándolo toda la tarde, y centraos en el detalle de que a lo sumo tendréis 4-5 años... Eso sólo podía llamarse "tortura"... Pero bueno, aquéllo no duró mucho, y por suerte teníamos muchos otros juegos que eran de mi agrado, como Zombies Ate My Neighbors (sencillamente genial), Splatterhouse II (yo ahí empecé a sentir nacer mi venazo gore), Flicky (me encantan los animales, lo reitero), Altered Beast (éste me hacía y me sigue haciendo mucha gracia), Alex Kidd (siempre ha molado eso del piedra-papel-tijeras, aunque me parecía difícil hacerlo bien en el juego) y Light Crusader (un juegazo que no pude reencontrar hasta hace medio año). Después estaban todos aquellos juegos que me daban miedo (risas :D), como Dynamite Headdy (por los robots gigantes), Subterranea (por las caras robots gigantes), Jurasic Park (por la alarma aquélla de la pantalla oscura del final y por el tiranosaurio que te persigue), Sonic & Knuckles (por la pantalla del desierto en la que cuando se hace de noche salen fantasmas), Sonic the Hedgehog (creo que la primera vez que jugué a algo fue a éste y me giñaba la mariquita del principio de la Green Hill Zone, no me atrevía a avanzar) y creo que el juego de Predator II. Pero en realidad todos estos me gustaban mucho.

¿Por qué será que ahora me gusta tanto el cine gore?

Podría seguir hablando de juegos y juegos, pues me ocupan un espacio considerable en la estantería, los hay a decenas... Pero no, me quiero centrar en la experiencia.

La Megadrive supuso muchas cosas. Dio origen a mi gusto por los juegos, me unió a mis hermanos y me hizo conocer toda clase de mundos fantásticos. Con el tiempo, cuando mis hermanos se marcharon a vivir con nuestro padre, yo iba allí los fines de semana y seguía jugando con ellos. Después, allá en 1998-99, llegó la PSX y la empecé a jugar yo sóla, igual que con el Doom II del ordenador, pero eso es otra historia y deberá ser contada en otro artículo.

Disney, tú antes molabas.

Cuando tenía 14-15 años, mi hermano G. se vendió la PS2 por motivos que me parecen absurdos y los juegos de PSX los tenía bastante sobaos, así que un día me puse a hurgar en baúl muy grande, negro y esmaltado, que había en el comedor. ¡Estaban allí! Todos aquellos juegos que tanto había visto de pequeña, todos con sus cajas azules... algo polvorientos, pero íntegros. Mi hermano había sacado la Megadrive y la instalamos en el comedor. Nuestro comedor tenía forma de L, en el extremo largo estaban la mesa, la tele grande y el sofá, y en el pequeño había ahora un mueble con una tele pequeña y destartalada y junto a ellos, el baúl de los recuerdos. Cogía por las tardes una silla y me ponía a jugar a la Megadrive, disfrutando de aquel feliz reencuentro, jugando yo misma al Sonic, al Ecco, al Altered Beast, al Golden Axe... Fueron tiempos bonitos.
Es un descojone ver cómo estos dos se enfrentan a hordas de
zombies  y otros monstruos armados con pistolas de agua, cortadoras
de césped, cubertería de plata, extintores, tomates, payasos de goma...

Luego llegó otra PS2, a la salida de su sucesora, y ya no jugué tanto a la Megadrive aunque seguí guardándola en un lugar de mi corazón. Al cabo de un tiempo ocurrieron cosas un poco complicadas en mi familia, yo me tuve que ir a casa de mi padre, donde los videojuegos habían sido prohibidos y tachados de infernales por su nueva mujer. Mi hermano G. me pasó una caja de madera repletas de juegos de Megadrive, era eso o perderlos para siempre, pero me obligaban a deshacerme de ellos... Se los tuve que pasar a mi madre y que los guardara... Mi novio me acompañó, entonces no salíamos juntos pero éramos buenos amigos y estaba muy interesado por aquellos juegos. Los pusimos a buen recaudo. Más adelante, cuando salí con él, los trasladamos a su casa. Después mi hermano nos entregó la segunda remesa de juegos, que fueron a parar a casa de mi novio también, pero la Megadrive la escondí en el almacén junto con nuestra Master System II (y allí siguen estando). Ahora vivo con él, así que los juegos vuelven a estar a mi lado.
Para mí, uno de los mejores juegos de Megadrive.
¡Cuánta belleza en cada sprite!

Me despido. Quizás este artículo haya sido muy raro, lo he escrito tal y como me iba saliendo de dentro. Espero que os haya gustado.

PD: una pequeña anécdota: un día mis hermanos dijeron con no sé que cartucho: "este juego está chupado" y yo miré el mando de la megadrive con desconfianza, pensando que estaba lleno de babas. Dicen que un día destruí la carátula y el manual de un juego, pero no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es que a veces por fastidiar le daba al reset de la consola y les mandaba a tomar por donde no da el sol toda la partida. Ains, qué malos son los niños pequeños...


Cuando era pequeña me regalaron un erizo de peluche y le puse "Sonic".

¡Viva Sega!


lunes, 4 de junio de 2012

Mi dibujo para el concurso de la Joso



Éste es el dibujo que hice en el Salón del Cómic 2012 para el concurso de la Joso, que tiene de premio un curso de verano. Fue divertido participar xD

Amor al Retro I: PC Engine

Hoy inauguro esta sección: Amor al Retro! Y lo hago con una consola que marcó un antes y un después en mí: PC Engine, la consola que Nec y Hudsonsoft sacaron en Japón en 1987, conocida en Occidente como Turbografx.


PC Engine y yo nos conocimos un bello día de verano en Girona, hará ya casi 2 años. Estaba allí, hermosa, con su caja, en su versión DUO (la que lleva incorporado el lector de CD), en una pequeña e interesante tienda llamada Zona Retro. La vi, y al principio no le hice mucho caso, apenas sabía de ella más de lo que mi novio me había contado, y yo tampoco había prestado quizás la debida atención. Él, en cuanto vio su estado y el precio, se puso algo nervioso: quería que nos acompañara de vuelta en el tren. Al final decidimos comprarla, y para alegría nuestra, venía con dos juegos: Far East of Eden II (juego en CD) y uno de Momotâro (en hu-card, juego en tarjeta). Así que finalmente, la PC Engine se sentó a nuestro lado en la Renfe. Mi novio estaba contentísimo, pues aquélla era una consola que siempre había querido tener, la mejor de la generación de 8 bits, con una gran potencia gráfica (tenía una targeta de 16 bits) y un catálogo bastante atractivo plagado de RPGs y shooters de naves de todo tipo, con videos de anime, la primera en incorporar el uso del CD... una maravilla. Pero yo tampoco le di demasiada importancia entonces.

(PC Engine Duo)

Al cabo de poco (creo que al día siguiente) fui a ver a mi novio a su casa (en aquel tiempo aun no vivíamos juntos) y me mostró la consola y los juegos que venían con ella. Eran dos RPGs y tenían buena pinta, el problema es que estaban en japonés y no podíamos comprender su historia... Estuve hojeando los manuales, eran preciosos, con sus ilustraciones, las fotos de los actores de doblaje y toda clase de detalles que mostraban que habían sido diseñados con mucho mimo... Siempre me ha gustado ver los manuales de los juegos. Luego vi la intro del Far East of Eden II. Era impresionante. Tenía una música muy cañera que acompañaba las imágenes de anime, deseé saber japonés para enterarme de lo que estaba ocurriendo. Creo que allí ya empecé a ver la PC Engine de otra forma. 

Pero no fue hasta que en la Famicom House, en Barcelona, conseguimos nuestro siguiente juego, Cyber Core, que yo me enamoré de la consola.

Cyber Core, un juego que sólo tenemos en hu-card, sin caja, fue mi verdadero acercamiento a los shooters de naves y a la PC Engine. Hasta entonces, este tipo de juegos me ponían muy nerviosa, no se me daban bien. Por ello no quise ser la primera en probarlo. Mi novio lo estuvo jugando, llegó a la segunda pantalla y allí se atascó (de momento). Aunque sólo tienes 2 vidas al principio, puedes darle al "Continue" las veces que quieras y empezar por el principio de la fase, en lugar de tener que hacer todas las fases desde el principio. Así que probaba una y otra vez, pero no había manera. Al final, yo me animé, pero jugué muy torpemente porque empezaba de lleno en la segunda pantalla, sin conocer los controles. Pero mi frustración no me impidió jugar: picada ya por el gusanillo, le di a "juego nuevo" y sentí como mis ojos se adaptaban a los rápidos movimientos de los insectos gigantes y yo disparaba al ritmo de esa genial banda sonora. No recuerdo muy bien hasta donde llegué, tal vez la segunda pantalla, como mucho la tercera, pero a partir de entonces la PC Engine se había convertido en una de mis consolas favoritas.

(primer nivel de Cyber Core)

Nuestro repertorio de juegos fue aumentando: mi novio me regaló el Splatterhouse 1 (qué buenos momentos pasamos juntos con este juego), después llegó Space Harrier (otra saga que me enamoró), PC Kid III(uno de mis plataformas favoritos), los Ys I & II (qué ganas les tengo, mi novio se los pasó y yo quiero hacer lo mismo), un shooter de naves llamado Paranoia (me encanta su portada pero el juego ya es otra historia... qué difícil que es el maldito), el PC Kid I (un juego que cayó en nuestras manos debido al accidente de Fukushima, ironías de la vida), el Neutopia (ése me gustó mucho, es un action RPG), un Jinga Fukkei Sapphire Densetsu versión care4data (genial shooter, el más caro también, aunque nosotros tenemos sólo la copia, de momento sólo lo hemos podido jugar emulado a falta de una arcade card con la que arrancarlo en la consola, ya que requiere más Ram de lo habitual), el Ys III (regalo de una amiga, otro gran juego) y la desafortunada hu-card del Necromancer (un RPG), que está rota. 

Creo que desde que comencé a apreciar la PC Engine también comencé a ver todo el retro de otra forma. Lo mismo me ha ocurrido con 3DO, Neo Geo AES, 32X, Mega CD... ¡pronto tendréis artículos sobre ellos!

Anexo:

Unos retroanálisis de Cyber Core y PC Kid III que escribió mi novio en el blog de Vida Extra, para quien quiera saber un poco más:









domingo, 3 de junio de 2012

La percepción de la realidad (I)

Ayer pude disfrutar sin lugar a dudas de una de las clases que más me han impactado en mi vida como estudiante. Gracias al profesor Albert Soler, que se ofreció a darnos una clase extra a los alumnos de la huelga japonesa contra la subida de la matrícula (tema del que hablaré posteriormente), pude entrar aunque sólo fuera un poco en el interesante tema de cómo percibimos la realidad.

Para empezar, el cerebro humano consta de dos hemisferios: el izquierdo y el derecho. Cada hemisferio tiene unas funciones propias y las personas tendemos a utilizar más uno de los dos. Hay que mencionar que los hemisferios funcionan de forma cruzada, es decir, que el derecho controla más la parte izquierda del cuerpo y el izquierdo, la parte derecha. Es por ello que las personas que utilizan más el derecho suelen ser zurdas y las que utilizan más el izquierdo, diestras, aunque no siempre tiene por qué ser así. ¿Pero cuáles son las características de cada uno de los hemisferios?

El derecho, por un lado, concibe el mundo como un todo, como un flujo continuo. La realidad se le presenta de forma inmediata, y puede entenderla de forma global, en algo que llamamos atención extensa. Su lenguaje es la música como unidad indivisible, fluida.

Por otro lado, el izquierdo desglosa la realidad en pequeñas unidades, percibiéndola como una representación. Analiza las partes, realizando la conocida como atención focal, convirtiéndolas en cosas inertes, pero también es el responsable del aprendizaje. Su lenguaje es la lengua, con su léxico y gramática.

La mayoría de personas utilizan el hemisferio izquierdo, y es por ello que la sociedad en la que vivimos está planteada desde su uso. Sólo hay que ver cómo es el sistema educativo: hacer esquemas, memorizar, escuchar pasivamente a un profesor que recita un tema, ver una presentación de powerpoint, definir... Todo son métodos que resultan útiles para el aprendizaje de aquéllos en los que predomina el hemisferio izquierdo, mientras que los del derecho suelen experimientar dificultades: son aquéllas personas que se aburren en clase, les cuesta estudiar y tienen dificultades para preparar un examen siguiendo los métodos que se les enseñan.

La visión generalizada es que estas personas son vagos o malos estudiantes, pero la verdad es muy distinta. Son tan válidos como los del hemisferio izquierdo, pero su manera de comprender el mundo es distinta. Necesitan otros métodos: como para ellos las cosas forman parte de un todo, es más fácil e instructivo, por ejemplo, ver una película o un documental sobre el tema, participar en un debate en el que puedan generar ideas propias acerca de ello o hacer actividades prácticas que tengan una relación indirecta (no tanto definir como aplicar) con la materia dada. De esta forma, resultan ser en realidad personas capaces y a veces incluso brillantes. Un correcto sistema educativo debería estar equilibrado a ambas técnicas, de manera que tanto alumnos de hemisferio izquierdo como de derecho pudieran sacar partido a las clases.

Otro ejemplo de cómo el hemisferio izquierdo domina la sociedad es la música. Antes hemos dicho que el derecho la tenía como lenguaje propio. Por supuesto, la música es la clara expresión de un flujo continuo. ¿Pero cómo se toca la música, cómo se enseña? Se desglosa en notas, en símbolos en un pentagrama. Al final termina siento un conjunto de unidades, ya no es aquel fluido inicial. Las clases de solfeo hartan a muchos, la flauta en el instituto a veces enemista al alumno con la música. Como todos tenemos ambos hemisferios, y aunque predomine uno el otro también lo utilizamos (todos hablamos, sin ir más lejos), todos somos aptos en un principio para la música en su verdadera expresión, la música libre que sale de tocar un piano sin leyes o golpear un tambor como nos dicte el corazón. Convertir la música en algo esquematizado y despiezado puede llegar a ahogar al músico que llevamos dentro. Sin embargo, la música debe ser escrita para ser recordada y transmitida. Es inevitable este desglose. El problema reside en el acercamiento a la música: primero se debería permitir que las personas la tocaran de forma libre, dando rienda suelta a su hemisferio derecho, y después ya habría tiempo para aprender a leerla y a escribirla. Seguro que así habría más músicos.

Lo siento: es tarde y no me extiendo más por hoy. Próximamente tendréis una segunda parte de este tema. Gracias y buenas noches.

Katua Lyhdyr, del hemisferio derecho.

sábado, 2 de junio de 2012

Abro la ventana

Abro la ventana y hace calor. Es uno de esos días de primavera que huelen más bien a verano. Carpeta en mano, creo que saldré al mundo exterior a ver si hoy hay suerte y encuentro una pequeña puerta abierta por la que poder acercarme un poco más a mis sueños...

Hoy nace este blog, que es una ventana por la que salen mis pensamientos. No esperéis noticias, ni tampoco un culto al ego. Por esta ventana cruzarán ideas esperando a topar con otras contrarias y a entrar en bello debate, saltarán opiniones sobretoda clase de cosas que resultarán útiles o simplemente caerán en el olvido, se escurrirán pequeñas reflexiones que tal vez cambien el punto de vista de alguien o inicien una discusión que cambie el mío.

Discutid, argumentad, señalad. Sois bienvenidos. El choque produce pensamiento y del pensamiento aprendemos todos.

Y después de esta peculiar introducción, me presento. Soy Katua Lyh Dyr, o al menos así firmo aquéllo que dibujo, amante de las buenas historias, la naturaleza y la cultura; estudiante de matemáticas y de filología; dibujante por placer, escritora por tirita del alma, retrogamer por amor. Aquí escribiré sobre todo aquéllo acerca de lo que quiera reflexionar, aquéllo que considere importante o interesante, aquéllo que me guste y desee compartir.

Me marcho un rato, con la citada carpeta, pero volveré. Tengo artículos en mente que espero que disfrutéis ^^